¿Cuál es la propuesta de Propp, respecto al texto
literario?
Vladimir Propp dice o propone que haya funciones y esferas de acción. Estás pueden ser reconocidas como elementos
constitutivos de textos que frecuentemente presentan discursos ampliamente
marcados por la imaginación de su autor. Entonces por eso Propp sostiene que
existen valores constantes en las acciones y funciones de los personajes, y
valores variables en los nombres y atributos que presentan. Con respecto al
personaje Propp le da poco valor dice que el personaje no existe como entidad
autónoma si no va en favor de las acciones que registra, señalando que
"Las historias sólo existen cuando se dan sucesos y existentes a la vez.
No pueden haber sucesos sin existentes" y viceversa, a riesgo de no ser
una narración. Los análisis
parciales, siendo inevitablemente limitativos, permiten aproximaciones sesgadas
a un elemento textual y no por ello menos útiles, como en el caso que
abordamos, por consiguiente Propp se acentúa más en la acción y en el entorno
que no en el personaje como tal, Según Propp,
en los cuentos aparecen valores constantes y valores variables. Los primeros se
refieren a las acciones o funciones que
cumplen los personajes. Los valores variables se circunscriben a los nombres y
atributos que identifican a los personajes.
¿Por qué a Propp, se le considera el punto de partida del
estructuralismo?
Vladimir Propp, fue considerado uno de
los padres de la “narratología”. Ya que defendió un concepto diacrónico de
relato-estructura, es decir, que no podía clasificarse dentro de los moldes
sincrónicos clásicos del estructuralismo. Su idea fue la de establecer una
estructura narrativa embrionaria, una especie de matriz universal de la
narración, y en este sentido analizó la morfología o estructura genérica del
cuento fantástico ruso mediante la determinación de los elementos que eran
constantes y aquellos que eran variables. Descubrió así que virtualmente todos
los hechos y personajes de los cuentos (el Villano, la Mediación, etc.),
responden a regularidades y tenían características estructurales idénticas,
repitiéndose en cada cuento en el mismo orden. Si bien es cierto que Propp
limitó su análisis a los cuentos maravillosos rusos, muchos otros autores
intentaron tomar su ejemplo y así crear un modelo de estructura narrativa
universal.
¿Qué es en general la función en una obra literaria?
Propp analizó los
cuentos populares tan minuciosamente que encontró una serie de puntos
recurrentes que creaban una estructura constante en todas estas narraciones. Es
lo que se conoce como "las funciones de Vladimir Propp".
Son una serie de 31
puntos recurrentes en todos los cuentos de hadas populares. Aunque no todos
ellos aparecen en todos los cuentos, su función básica a menudo permanece y el
orden es prácticamente siempre el mismo.
§
01)
Alejamiento. Uno de los miembros de la familia se aleja.
§
02)
Prohibición. Recae una prohibición sobre el héroe.
§
03)
Transgresión. La prohibición es transgredida.
§
04) Conocimiento.
El antagonista entra en contacto con el héroe.
§
05)
Información. El antagonista recibe información sobre la víctima.
§
06) Engaño.
El antagonista engaña al héroe para apoderarse de él o de sus bienes.
§
07)
Complicidad. La víctima es engañada y ayuda así a su agresor a su pesar.
§
08)
Fechoría. El antagonista causa algún perjuicio a uno de los miembros de la
familia.
§
09)
Mediación. La fechoría es hecha pública, se le formula al héroe una petición u
orden, se le permite o se le obliga a marchar.
§
10) Aceptación.
El héroe decide partir.
§
11) Partida.
El héroe se marcha.
§
12) Prueba.
El donante somete al héroe a una prueba que le prepara para la recepción de una
ayuda mágica.
§
13) Reacción
del héroe. El héroe supera o falla la prueba.
§
14) Regalo.
El héroe recibe un objeto mágico.
§
15) Viaje.
El héroe es conducido a otro reino, donde se halla el objeto de su búsqueda.
§
16) Lucha.
El héroe y su antagonista se enfrentan en combate directo.
§
17) Marca.
El héroe queda marcado.
§
18)
Victoria. El héroe derrota al antagonista.
§
19)
Enmienda. La fechoría inicial es reparada.
§
20) Regreso.
El héroe vuelve a casa.
§
21)
Persecución. El héroe es perseguido.
§
22) Socorro.
El héroe es auxiliado.
§
23) Regreso
de incógnito. El héroe regresa, a su casa o a otro reino, sin ser reconocido.
§
24)
Fingimiento. Un falso héroe reivindica los logros que no le corresponden.
§
25) Tarea
difícil. Se propone al héroe una difícil misión.
§
26)
Cumplimiento. El héroe lleva a cabo la difícil misión.
§
27)
Reconocimiento. El héroe es reconocido
§
28) Desenmascaramiento.
El falso queda en evidencia.
§
29)
Transfiguración. El héroe recibe una nueva apariencia.
§
30) Castigo.
El antagonista es castigado.
§
31) Boda. El
héroe se casa y asciende al trono.
¿Además de las funciones, que otras elementos distingue Propp,
en la estructura del cuento?
Sabemos que describió la estructura formal presente en
los cuentos maravillosos rusos, Propp
afirma que todos los cuentos maravillosos tienen una misma estructura, con unos
componentes fundamentales: las funciones. Por “función” entiende la acción que
ejecuta un personaje, denominado por un concepto abstracto (alejamiento,
entrega del objeto mágico, combate, viaje de ida...).
Lo importante es qué hacen los personajes, sin pararse
en el contenido concreto de cada anécdota: es decir, quién y cómo realiza la
acción concretamente en cada historia no es importante. Así logra
individualizar treinta y una funciones, sostenidas por siete personajes
principales:
El héroe, el falso héroe, el agresor, el donante del
objeto mágico, la víctima, el padre de la víctima y los auxiliares del
héroe.Sobre este esquema se urden los cuentos de hadas, faltando esto o aquello,
pues no todas las funciones están presentes en todas las historias, pero se
mantiene fija la estructura.
Y esto es un punto de partida para proponer una tarea
centrada en la estructura de las historias: Consiste en la creación colectiva
de una historia siguiendo el esquema de unas preguntas concretas. Cada pregunta
se corresponde a una de las funciones establecidas por Propp.
¿Cómo determinar los niveles del relato desde la
óptica de Todorov?
El sistema de análisis que propone Todorov se basa en
la distinción de tres aspectos con los que, de alguna manera, recupera la
antigua división de la retórica: el aspecto verbal (elocutio), el sintáctico (dispositio)
y el semántico (inventio); son
factores; son planos que reproducen además los principios formalistas de
estilo, composición y temática.
El aspecto semántico incluye los problemas de la
significación, que afectan a los tropos y a las propiedades simbolizadoras del
lenguaje; a Todorov le preocupa esencialmente lo «que se significa», es decir,
cómo el texto literario posee un referente, con el que describe el mundo: una
realidad que no pretende mostrarse como la única existente y verdadera, sino
subrayar su transformación en ficción.
El aspecto verbal explica, entonces, cómo se produce
esa transformación del discurso en ficción, mediante la distinción de tres
tipos de propiedades: la categoría del «modo», que concierne al grado de
presencia de los acontecimientos evocados en el texto, la del «tiempo», mucho
más compleja porque conecta el discurso "ficcional" con el universo
ficticio, y la de la «visión», es decir el punto de vista desde el que se
observa el grado de validez de esa observación.
Por último, el aspecto sintáctico permite esbozar ya
una sintaxis narrativa, asentada en la transformación de los términos «motivo»
y «función» en «proposición narrativa», donde los «actantes» adquieren la
posibilidad de existir como funciones referenciales y, por ello, sintácticas,
mediante relaciones y combinaciones muy cercanas a las mismas de la lengua.
¿Cómo se estructuran los niveles de análisis según
Barthes?
Roland Barthes, en
su "Introducción al análisis estructural de los relatos" hablaba de
dos clases de unidades (funciones e indicios), y dos subclases dentro de ellas
(nudos y catálisis, indicios e informantes, respectivamente), que permitían
clasificar los relatos.
Estas dos grandes clases de unidades, Funciones e Indicios, deberían permitir ya una cierta clasificación de los relatos. Algunos relatos son marcadamente funcionales (como los cuentos populares) y como, por lo contrario, otros son marcadamente “indiciales” (como las novelas “psicológicas”); entre estos dos polos se da toda una serie de formas intermedias, tributarias de la historia, de la sociedad, del género, pero esto no es todo dentro de cada una de estas dos clases es posible determinar inmediatamente dos sub-clases de unidades narrativas. Para retomar las clases de las Funciones, digamos que sus unidades no tienen todas la misma “importancia”, algunas constituyen verdaderos “nudos” del relato (o de un fragmento del relato); otras no hacen más “llenar”el espacio narrativo que separa las funciones “nudo”: llamemos a las primeras funciones cardinales (o núcleos) y a las segundas, teniendo en cuenta su naturaleza complementadora, catálisis. Para que una función sea cardinal, basta que la acción a la que se refiere abra (o mantenga o cierre) una alternativa consecuente para la continuación de la historia es una palabra, que inaugure o concluya una incertidumbre; si, en un fragmento de relato suena el teléfono, es igualmente posible que se conteste o no, lo que no dejará de encauzar la historia por dos vías diferentes. En cambio, entre dos funciones cardinales siempre es posible disponer notaciones subsidiarias que se aglomeran alrededor de un núcleo o de otro sin modificar su naturaleza alternativa. Estas catálisis siguen siendo funcionales, en la medida que entran en correlación con un núcleo, pero su funcionalidad es atenuada, unilateral, parásita: es porque se trata aquí de una funcionalidad cronológica (se describe lo que separa dos momentos de la historia), mientras que en el lazo que une dos funciones cardinales opera una funcionalidad doble, a la vez cronológica y lógica: la catálisis no son unidades consecutivas las funciones cardinales son a la vez consecutivas y consecuentes.
Estas dos grandes clases de unidades, Funciones e Indicios, deberían permitir ya una cierta clasificación de los relatos. Algunos relatos son marcadamente funcionales (como los cuentos populares) y como, por lo contrario, otros son marcadamente “indiciales” (como las novelas “psicológicas”); entre estos dos polos se da toda una serie de formas intermedias, tributarias de la historia, de la sociedad, del género, pero esto no es todo dentro de cada una de estas dos clases es posible determinar inmediatamente dos sub-clases de unidades narrativas. Para retomar las clases de las Funciones, digamos que sus unidades no tienen todas la misma “importancia”, algunas constituyen verdaderos “nudos” del relato (o de un fragmento del relato); otras no hacen más “llenar”el espacio narrativo que separa las funciones “nudo”: llamemos a las primeras funciones cardinales (o núcleos) y a las segundas, teniendo en cuenta su naturaleza complementadora, catálisis. Para que una función sea cardinal, basta que la acción a la que se refiere abra (o mantenga o cierre) una alternativa consecuente para la continuación de la historia es una palabra, que inaugure o concluya una incertidumbre; si, en un fragmento de relato suena el teléfono, es igualmente posible que se conteste o no, lo que no dejará de encauzar la historia por dos vías diferentes. En cambio, entre dos funciones cardinales siempre es posible disponer notaciones subsidiarias que se aglomeran alrededor de un núcleo o de otro sin modificar su naturaleza alternativa. Estas catálisis siguen siendo funcionales, en la medida que entran en correlación con un núcleo, pero su funcionalidad es atenuada, unilateral, parásita: es porque se trata aquí de una funcionalidad cronológica (se describe lo que separa dos momentos de la historia), mientras que en el lazo que une dos funciones cardinales opera una funcionalidad doble, a la vez cronológica y lógica: la catálisis no son unidades consecutivas las funciones cardinales son a la vez consecutivas y consecuentes.
¿Cómo se aborda el
texto desde el nivel actancial de Gremias?
Según Greimas, el actante es quien realiza
o el que realiza el acto, independientemente de cualquier otra determinación.
El concepto de actante tiene su uso en la semiótica literaria, en la que amplía
el término de personaje, porque no sólo se aplica a estos tipos de actantes,
sino que corresponde al concepto de actor, definido como la figura o el lugar
vacío en que las formas sintácticas o las formas semánticas se vierten.
Aplicado al análisis del relato, un actante es una
amplia clase que agrupa una sola función de los diversos papeles de un mismo
rol actancial: héroe, villano, ayudante...
No hay comentarios:
Publicar un comentario